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Cuidado paliativo antes de la eutanasia, la opinión de un experto

En la búsqueda de comprender y debatir acerca de la eutanasia y el derecho a una muerte digna, resulta crucial escuchar a expertos en el campo de la medicina que trabajan en el ámbito del cuidado paliativo. El Dr. Omar Fernando Gomezese Ribero, reconocido anestesiólogo del Centro Especializado en el Alivio del Dolor y Cuidado Paliativo del Hospital Internacional de Colombia (HIC), es una de esas voces expertas que nos invitó a reflexionar sobre este controvertido tema durante el segundo encuentro de la Sociedad Colombiana de Cardiología y la Fundación Cardiovascular.

El Dr. Gomezese Ribero, con su amplia experiencia en el cuidado y alivio del dolor, aborda la eutanasia desde una perspectiva centrada en la importancia de priorizar el cuidado paliativo antes de recurrir a medidas extremas. En lugar de enfocarse únicamente en la opción de poner fin a la vida, el especialista enfatiza la necesidad de ofrecer a los pacientes una alternativa que les permita vivir sus últimos momentos con dignidad y confort.

¿Es lo mismo muerte digna que eutanasia?

El doctor señaló la importancia de conocer la diferencia entre muerte digna y eutanasia y aclaró que estos conceptos no son sinónimos necesariamente.

La eutanasia se refiere al derecho y deseo de poner fin a la vida de alguien, mientras que la muerte digna implica poder morir en casa, sin dolor, libre de síntomas molestos y en paz. Estas son dos formas diferentes de abordar el final de la vida.

En palabras del experto, la dignidad depende del deseo propio, de lo que cada cual desee». Es crucial considerar las creencias y valores individuales al abordar el tema de la muerte digna. Por ejemplo, si el Papa Francisco, un ferviente católico, estuviera sufriendo terriblemente, podríamos pensar en ayudarlo a tener una muerte más digna. No obstante, esto podría ser visto como una forma de condenación al infierno, lo que contradice su fe. Cada caso es único y las circunstancias personales deben ser respetadas.

“Cuando hablamos de muerte digna, nos referimos a morir de cierta manera. Significa poder morir en casa, sin dolor, libre de síntomas molestos y en paz. La eutanasia no es lo mismo”. 

Así, el término adecuado sería eutanasia como el procedimiento médico consciente, intencional y voluntario mediante el cual se le pone fin a la vida de un paciente terminal (o sea, sin expectativa alguna de mejoría), con el fin de ahorrarle mayores sufrimientos y dolores.

¿En qué países se permite la eutanasia?

Actualmente, los países donde es legal la eutanasia son:

  • Países Bajos (Holanda)
  • Bélgica
  • Luxemburgo
  • Canadá
  • Australia (es legal solamente en dos estados: Victoria y Western)
  • España
  • Colombia

En cuanto a los países donde existe la eutanasia, cabe mencionar que cada nación tiene su legislación al respecto. Sin embargo, independientemente de la legalidad, “el enfoque principal debe ser brindar cuidados paliativos de calidad”, precisó el especialista.

Estadísticas sobre la eutanasia

En cuanto a las estadísticas, en Holanda, la mayoría de las personas que solicitan la eutanasia tienen entre 65 y 92 años y el dolor es una de las principales razones. «En Colombia comenzamos con cuatro casos en 2015, y el número ha aumentado desde entonces».

En Colombia, las estadísticas de la eutanasia son bastante curiosas. Es interesante ver que Antioquia lidera en casos, a pesar de no tener la mayor población. Si comparamos con Bogotá, Antioquia está muy por delante en términos de casos.

El dolor es la causa principal, razones sociales, temor de tener que necesitar asistencia, pérdida de la funcionalidad y agotamiento en el tratamiento.

Además, precisó el especialista, que al observar la distribución geográfica, la mayoría de los pacientes que solicitan la eutanasia tenían cáncer, representando casi el 90% de los casos, lo que resalta la necesidad de abordar de manera integral el manejo del dolor y el sufrimiento en pacientes oncológicos, a través de opciones como el cuidado paliativo.

Sin embargo, un alto porcentaje de los dolores provocados por el cáncer son tratables gracias a la implementación de medidas y terapias en el ámbito de los cuidados paliativos.

El cuidado paliativo como una opción

“Para realizar una eutanasia, es necesario tener la certeza de que el paciente va a morir y que está sufriendo de una manera que no se puede aliviar. Además, debe ser un deseo expreso del paciente. Si no se cumplen estas condiciones, entonces no se debe realizar la eutanasia”.

El Dr. Gomezese Ribero destaca que el sufrimiento es manejable y existen opciones de manejo para condiciones irreversibles. En lugar de recurrir a la eutanasia se deben explorar otras formas de aliviar el dolor y garantizar una calidad de vida adecuada para los pacientes.

«El sufrimiento es manejable y hay opciones de manejo cuando la condición es irreversible. ¿Puedo ayudar al paciente de otra manera? ¿El sufrimiento es manejable? ¿la condición es irreversible? son consideraciones a tener en cuenta», explicó.

A través de su trabajo en el Centro Especializado en el Alivio del Dolor y Cuidado Paliativo, el Dr. Gomezese Ribero ha sido testigo de la efectividad del cuidado paliativo en el alivio del sufrimiento de los pacientes en condiciones irreversibles. 

«No podemos ignorar la pregunta: «¿No hay nada más que hacer?». Al quedarme sentado al lado del paciente, simplemente brindando apoyo, ya estoy trabajando en el control de los signos vitales. En cuidados paliativos, damos importancia a la calidad de vida».

Su enfoque se basa en brindar atención integral, enfocada en el control del dolor, la gestión de los síntomas molestos y el apoyo emocional, permitiendo que los individuos vivan sus últimos días en paz y en el entorno que elijan.

El cuidado paliativo juega un papel fundamental en este contexto. Sin embargo, en Colombia existe una falta de recursos y capacidad para atender adecuadamente a las personas que necesitan asistencia de cuidados paliativos. En 2019, antes de la pandemia, alrededor de 200.000 personas necesitaban estos cuidados, pero solo se pudo atender a 20.000.

“La prioridad no es la eutanasia, sino contar con un buen servicio de cuidados paliativos para que nuestros pacientes puedan vivir tranquilos y en calma. Debemos hablar la verdad y trabajar con las familias”.

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