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Endometriosis y nutrición: lo que dicen los estudios

La endometriosis es una compleja enfermedad multifactorial, aún poco conocida y poco diagnosticada.

El principal síntoma de la endometriosis es el dolor, que puede ser incapacitante y comprometer la calidad de vida. Se trata de un dolor pélvico crónico presente especialmente durante el ciclo menstrual que puede ir acompañado de dolor ovárico intermenstrual, dolor de evacuación, dolor lumbar, dolor durante y después del acto sexual, fatiga crónica y a veces síntomas típicos de intestino irritable con hinchazón abdominal y alvo. Sin embargo, una minoría de las mujeres puede incluso ser asintomática.

La nutrición desempeña un papel importante en la reducción de la inflamación, el dolor, la fatiga crónica y la mejora de la fertilidad.

Dado que la endometriosis es una enfermedad con un fuerte componente inflamatorio, la nutrición debe tener como objetivo reducir la inflamación.

Así que veamos cuáles son las principales piedras angulares:

Equilibrio entre los omega 6 y los omega 3

Los mediadores de la respuesta inflamatoria son las prostaglandinas derivadas de los ácidos grasos esenciales omega-3 y omega-6, existen varias familias de prostaglandinas, algunas de ellas son pro-inflamatorias y otras anti-inflamatorias, las prostaglandinas anti-inflamatorias son producidas principalmente por los ácidos grasos omega-3, mientras que las pro-inflamatorias derivan esencialmente de los omega-6.

Por lo tanto, es aconsejable aumentar el consumo de alimentos ricos en omega-3 y disminuir los ricos en omega-6. La proporción ideal entre el omega 6 y el omega 3 en nuestra dieta es de 4:1 pero en la mayoría de la población esta proporción es de 13:1, un signo de una dieta demasiado desequilibrada hacia el omega 6.

¿Qué hacer?

Aumentar el consumo de alimentos que contengan omega-3 como los pescados capturados y disminuir todos aquellos alimentos que contengan omega-6 como el aceite de girasol (cuya proporción es incluso 71:1) ampliamente utilizado en productos de panadería, productos envasados, aperitivos, galletas… ¡así que comprueba las etiquetas!

También hay que tener cuidado al elegir fuentes de proteína de calidad porque las de la agricultura intensiva tienen un mayor contenido de omega-6 y un menor contenido de omega-3, más estudios confirman que al pasar del pastoreo a la agricultura intensiva hay una disminución significativa de omega-3, el contenido depende fuertemente de lo que el animal consume.

Manejo correcto de la insulina y los carbohidratos

Una distribución adecuada de los carbohidratos es de fundamental importancia para asegurar una efectiva secreción de insulina, se debe recordar que los picos de insulina promueven la inflamación. Por lo tanto, preste atención no sólo a los azúcares sino también a los productos lácteos que son alimentos insulinógenos y a la carga glucémica general de la comida.

  • Sustancias antiinflamatorias y antioxidantes
    Es útil proporcionar sustancias antiinflamatorias como la cúrcuma, el jengibre, las verduras crudas y asegurar una buena ingesta de alimentos que contengan vitamina A, C, E y magnesio.
  • Cuidado con los desreguladores endocrinos
    Son sustancias que imitan la acción de nuestras hormonas, interfiriendo con la producción de las mismas y que también se consideran responsables del desarrollo y la progresión de la endometriosis. Por desgracia, están muy extendidos: desde latas de hojalata a plásticos, peces grandes y pesticidas. La soja también se considera un disruptor endocrino y debe evitarse en caso de endometriosis.

¿Cuál es la asociación entre la carne roja y la endometriosis?

Un reciente estudio prospectivo de cohorte de 81.908 participantes encontró un aumento del 56% en el riesgo en las mujeres que consumían más de 2 porciones de carne roja al día, en comparación con las que consumían menos de una porción por semana.

A menudo, las mujeres con endometriosis también presentaban los síntomas típicos del síndrome del intestino irritable con hinchazón, alteraciones del intestino con estreñimiento, diarrea o ambos, y disbiosis. A este respecto, ha demostrado ser útil sobre todo en el ciclo previo, limitando ciertos alimentos que pueden acentuar los síntomas.

En estos casos, incluso una dieta baja en carbohidratos puede ser beneficiosa: un estudio realizado en 170 mujeres muestra una mejora significativa de los síntomas intestinales en el 72% de las participantes.

No hay que pasar por alto, en caso de endometriosis, la función de la vitamina D, que tiene propiedades antiproliferativas, antiinflamatorias e inmunomoduladoras; por lo tanto, es esencial evaluar sus niveles mediante análisis de sangre y proceder, en caso de deficiencia, como suele ocurrir, a una integración adecuada.

Además, la vitamina D tiene una importancia fundamental en la fertilidad, más estudios muestran que tener niveles séricos de 50-60 ng/ml mejora las posibilidades de concepción tanto en el caso de un embarazo natural como en una trayectoria de PMA.

Por último, la nutrición para la endometriosis debe adaptarse a la mujer, a sus síntomas, a su historial clínico pero también a sus necesidades sociales y laborales.

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