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Factores de riesgo y manejo de la enfermedad arterial periférica

La enfermedad arterial periférica es similar a la enfermedad coronaria pues “es la misma solo que en diferentes áreas”, plantea el doctor Carro. Por tanto, los factores de riesgo son los mismos que los de la enfermedad cardíaca.

Esta, por lo general en los primeros momentos no presenta síntoma alguno a pesar de que sí tiene un alto riesgo de provocar eventos cardiovasculares como infartos cardíacos o derrames cerebrales; de ahí la importancia de hablar sobre esta enfermedad. Por ello, BeHealth realizó una entrevista con el cardiólogo Eric Carro.

Entre los principales factores, el galeno resalta la edad (más de 65 años), el historial familiar, los problemas de colesterol, los problemas cardiovasculares y/o la hipertensión, “una condición que tampoco presenta síntomas a menos que se hagan los chequeos”.

También plantea como otro factor de riesgo la diabetes, y precisamente, la población de Puerto Rico representa uno de los grupos étnicos más propensos a la diabetes a nivel mundial.

El consumo de tabaco: uno de los principales factores

El doctor hizo especial énfasis en el consumo del tabaco, otro factor de riesgo relevante:

“De todos los factores, la edad no se puede cambiar, no podemos dejar de ser hipertensos. Pero, si hay algo que podemos modificar con gran valor, es dejar de fumar. Hay una relación muy estrecha entre fumar y los infartos, derrames y problemas en las piernas. Dejar de fumar desde los primeros minutos inician los beneficios. El paciente, así haya fumado toda su vida, cuando lleva algunos años sin hacerlo, el riesgo puede disminuir como el paciente que nunca ha fumado”, plantea.

La obesidad y la vida sedentaria son otros de los factores importantes, las cuales aumentan la incidencia del desarrollo de este tipo de problemas.

Diagnóstico de la enfermedad arterial periférica

“Una de las razones por las que a mí me gusta hablar de este tema es porque el diagnóstico no es difícil de hacer; inclusive mucho más fácil de hacer que otras condiciones”, refirió.

Se parte del historial y un buen examen físico, elementos esenciales para determinar las claves y sospechar que se presenta esta enfermedad. En cuanto al examen físico, es muy importante la palpación de los pulsos.

“Cuando uno examina al paciente, deberíamos examinarle sus piernas. Particularmente en el paciente que ya tiene síntomas o que tenga factores de riesgo. Por ejemplo, un examen físico completo de un paciente diabético siempre debería incluir palpación del pulso de los pies. Sentir pulso en los pies ya es un hallazgo anormal”.

Esto ya es motivo suficiente para hacerle al paciente los correspondientes estudios al paciente. Estudios que resultan muy sencillos y nada costosos que pueden dar la información apropiada.

“El más útil, y es la recomendación de las organizaciones de cardiología y de salud mundial, es el índice tobillo-brazo. Si uno tiene un sistema circulatorio que sangre que saca la sangre del corazón y la distribuye entre las arterias, se supone que la presión que en cualquier punto del cuerpo sea igual”.

Si esto no se cumple, significa que algo no está dejando llegar la sangre hasta el tobillo. Entonces estamos hablando ya de enfermedad arterial periférica.

Cuando se hace el índice tobillo-brazo, divide la presión del tobillo entre la presión del brazo y cuando uno saca esa razón todo lo que es por encima de 0.9 hasta 1.4 es normal. Tenemos un grupo de pacientes que tienen arterias no compresibles en los pies.

A veces, cuando hay enfermedad arterial periférica, parte de lo que pasa es que se calcifica el vaso por dentro y hay veces que esos vasos no se pueden comprimir y da un fenómeno raro que el paciente tiene la presión en el tobillo mucho más alta que la presión del brazo.

Este procedimiento, explica el cardiólogo, se realiza con un esfigmomanómetro, es un instrumento que aprieta y puede determinar cuánta presión se está apretando.

“Cuando el índice tobillo-brazo está menos de 0.9 hay una diferencia importante que la presión del pie está más baja; ya eso es diagnóstico para la enfermedad arterial periférica. Si sale más de 1.4, hay otro índice que se puede hacer que se llama índice de dedo-brazo”.

En dependencia entonces de los índices resultantes se puede determinar el nivel de severidad de la enfermedad y, por ende, el riesgo de eventos cardiovasculares. Se trata de una herramienta que indica si existe o no la enfermedad, pero no dónde se encuentra la obstrucción.

Para ello, existe estudios más elaborados, como el estudio fisiológico para determinar las áreas donde se encuentra. También está la sonografía o Doppler, una prueba revolucionaria en la medicina.

Existen también estudios invasivos como la radiografía o el MRI, los cuales pueden ofrecer buena información anatómica

“Finalmente, llegamos a los procedimientos invasivos. Yo soy un cardiólogo invasivo o intervencional; me dedico a hacer procedimientos, como los cateterismos que se hacen para el corazón. Yo puedo hacer lo mismo para las arterias de las piernas y saber dónde están las obstrucciones”.

Tratamientos para la fibrilación arterial periférica

“Dejar de fumar, el control de la diabetes, los lípidos y la presión son elementos esenciales”, mencionó el doctor.

Por ello, la importancia de los cambios en el estilo de vida. El ejercicio físico constituye un elemento esencial ante la existencia de esta enfermedad para evitar su progresión y disminuir los síntomas.

“La recomendación es 30 minutos, 5 veces a la semana de algún ejercicio que incluya movimiento en las piernas: caminar, correr o montar bicicleta”.

Adicionalmente, el control del sobrepeso y eliminar el tabaco. En cuanto a la terapia médica, el doctor indicó que existen medicamentos estándar; en primer lugar, la terapia antiplaquetaria y la aspirina (81 mg al día). Su uso previene la muerte, el infarto y el derrame.

También están las estatinas que ayudan a controlar el colesterol y además ayudan con la inflamación y la evitan que esas placas ateromatosas sigan empeorando y creciendo con los años.

“Por eso la combinación de estatina y antiplaquetario. También existe el rivaroxabán o Xarelto, un anticoagulante que se usa en dosis baja en combinación con la aspirina. Este disminuye la probabilidad de infarto al corazón, derrame cerebral o muerte. Es el único anticoagulante aprobado por la FDA actualmente”.

Para el control de la claudicación intermitente, el síntoma de dolor en las piernas al caminar está el cilostazol (100 mg dos veces al día). Este, según indica el galeno, tiene efectos vasodilatadores que permiten que la sangre llegue más fácil a los pies.

La combinación de este medicamento con las estatinas, la aspirina, hacer ejercicio y dejar de fumar permite que el paciente elimine el dolor al caminar sin necesidad de intervención”.

Para la prevención del infarto cardíaco y muerte en los pacientes, podemos encontrar los antihipertensivos.

Adicionalmente, existen otros tratamientos invasivos como la angiografía.

“Como cardiólogo intervencional, yo hago intervenciones percutáneas, que es yo meterme por dentro del vaso sanguíneo y destapar por dentro”.

Además, hay otras tecnologías como la aterectomía, ya sea raspando o pulverizando con rayo láser. Finalmente tenemos las intervenciones quirúrgicas o los bypass.

Sin embargo, resalta el doctor que estos son procedimientos y tratamientos para controlar la enfermedad debido a que esta no tiene una cura.

“El paciente con enfermedad arterial periférica siempre va a estar más propenso de seguir desarrollando este tipo de problemas”.

Por ello la importancia de, además de las intervenciones que ayudan a sanar úlceras o aliviar y mejorar calidad de vida, el cambio de las conductas.

“No es suficiente que yo ponga una mallita a un paciente. Él debe tomar las medicinas, hacer ejercicios y cambiar el estilo de vida. De lo contrario, no le va a ir bien a largo plazo”.

En este sentido, las intervenciones tienen un rol importante, pero uno de los grandes problemas es la recurrencia, pues muchas veces estos vasos pueden taparse nuevamente, en ocasiones debido a la restenosis, cuando ocurre el proceso de cicatrización.

Para ello, refiere el galeno, existen medicamentos con el fin de disminuir esa respuesta agresiva del cuerpo a tapar los vasos sanguíneos otra vez.

“Las intervenciones no son una cura milagrosa. Son una manera de mejorar, pero sabemos que podría haber recurrencia. ¨Por eso el paciente tiene que poner de su parte en términos de hacer ejercicio, perder peso, dejar de fumar”.

Finalmente, el doctor resaltó la importancia de diagnosticar de forma temprana esta enfermedad.

“Es importante que se hable sobre la enfermedad arterial periférica en la comunidad científica y la población en general. Es fácil de diagnosticar y tiene un alto riesgo además”, precisó.

Nota: El Dr. Eric Carro, es especialista certificado por la junta ABIM, ABVM en Cardiología intervencionista, Enfermedades Cardiovasculares
Medicina Vascular y Medicina Endovascular

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