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Fibrilación auricular y medidas de nefroprotección: todo lo que debes saber

Por si no lo sabías, existe una estrecha relación entre el estado de los riñones y el desarrollo de enfermedades del corazón. Recientes investigaciones han evidenciado que cuando los pacientes tienen insuficiencia renal, el riesgo de arritmias como la fibrilación auricular, es más común.

Sin embargo, la buena noticia es que existen tres medidas de nefroprotección que no solo cuidarán a los riñones, sino que también contribuyen con el cuidado del corazón y evitarán el desarrollo de ese tipo de patologías del corazón.

La ciencia médica ha descrito que las antagonistas de la vitamina K podrían ser beneficiosas porque le permite al organismo tener una mejor relación con los alimentos, retrasan los efectos negativos en esos órganos y evitan las hemorragias en pacientes que tengan esa arritmia cardiaca.

“La anticoagulación excesiva con antagonistas de la vitamina K puede llevar a una forma iatrogénica de nefropatía, inicialmente llamada nefropatía inducida por warfarina, que consiste en el desarrollo de lesión renal aguda (elevación > 0,3 mg/dl de los niveles basales de creatinina) y hematuria glomerular en el lapso de una semana de iniciados los antagonistas de la vitamina K”, señala el Dr. Guillermo Pérez, en MedsCape.

Otra de las medidas protectoras, de acuerdo con el mencionado galeno, tiene que ver con los anticoagulantes directos, que mostraron resultados óptimos en pacientes con fibrilación auricular sin estenosis mitral o válvula protésica mecánica, al punto que pudo evitar el desarrollo de “enfermedad cardiovascular o embolismos sistémicos, y hubo menor riesgo de hemorragia intracraneal y hemorragia fatal en el grupo con rivaroxabán”, aseguró el especialista.

El uso de algunos medicamentos también mostró resultados benéficos en el cuidado cardio-renal, principalmente en los pacientes diagnosticados con enfermedad renal crónica, que es una de las principales desencadenantes del riesgo cardiovascular. 

“El uso de rivaroxabán a dosis de 15 mg al día se asoció a una reducción de 47% del riesgo de deterioro de la función renal (definida como progresión a estadio KDIGO G5, lesión renal aguda o necesidad de diálisis) al compararse con antagonistas de la vitamina K, independientemente de la presencia o no de diabetes”, señala el estudio del Dr. Pérez.

El especialista, además, recomienda el uso de anticoagulantes que deberán ser prescritos por un profesional en nefrología y cardiología, que evaluará el riesgo de estos importantes órganos.

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