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Bienestar GeneralLily García

Harta del COVID…

Me imagino que ustedes también están hartos. Hartos de no poder abrazar con libertad; de no poder disfrutar en grupos de amistades o familia sin estar pendientes de cuántos somos o cuán cerca estamos; de tener que andar con una mascarilla con este calor asfixiante.  Sí, estamos todos hartos.  

Pero en esta ocasión mi “hartera” no tiene que ver con ninguna de las anteriores. Lo que me ha sacado de balance es la polarización que se está dando entre nosotros por la cuestión de la vacuna. En mi familia hay quienes han dejado de hablarse por el asunto. Y mi familia no es la única.  Está ocurriendo con grupos de amistades, entre compañeros de trabajo, y hasta en parejas. A todos el COVID nos tiene los pelos de punta, y puedo entender que sea un tema que genere pasiones, pero necesitamos bajarle la intensidad al ataque y al juicio

Yo nunca he sido fanática de las vacunas. Tengo que confesar que no me había vacunado desde niña hasta que llegó el COVID.  He estado en la India en dos ocasiones y nunca me puse las vacunas recomendadas. Lo que sí hice en ambas ocasiones fue comenzar tres meses antes de mis viajes a suplementarme para fortalecer mi sistema inmunológico.  Nunca me enfermé. 

Pero con el COVID es otra cosa.  Leí, estudié, me empapé, y tomé la decisión de vacunarme porque entendí que era una vacuna diferente en cuanto a la forma en que se desarrolló, además de un paso necesario para controlar el virus. Decidí que era algo que me iba a ayudar no solo a protegerme a mí, sino también a otros. Estoy clara de que yo soy responsable de los riesgos que me tomo conmigo misma. Pero no quisiera sobre mi conciencia cargar con causarle dolor a otros si puedo evitarlo. Por eso lo hice.  

Y estoy clara también en que no todo el que se opone a la vacuna es “bruto” o “morón”. Bruto o morón es quien encima de no ponerse la vacuna, tampoco utiliza mascarilla o no guarda distanciamiento. Ahí sí estamos hablando de personas no solo con posibilidad de bajo coeficiente intelectual, sino de pobre inteligencia emocional.  

Las razones que tienen las personas para no vacunarse pueden ser muchas, desde planteamientos con algo de sentido, hasta teorías de conspiración tan ridículas que rayan en ciencia ficción.  Una doctora muy conocedora del tema me dijo hace unos días en una entrevista que, para su sorpresa, se había encontrado con muchas personas cuya resistencia no era a la vacuna, sino a la aguja. Por eso no querían vacunarse. Pero no importa cual sea la razón por la cual alguien se niegue a vacunarse, a mí no me interesa a estas alturas intentar convencerlos de lo contrario. Si lo que ven todos los días a su alrededor no los convence, no hay nada que yo pueda hacer, así que suelto y dejo ir.  

El otro día le tuve que pedir a alguien que es antivacuna y que aprecio mucho que por favor me dejara de enviar mensajes acerca de artículos de tal o más cual médico.  Mis palabras para ella fueron: “cuando necesite información, te la pido. Y gracias, porque sé que si estás compartiendo esta información es para ayudarnos a todos”. Pero ya.  

Sabemos que entre personas que nos queremos hay temas que no deben tocarse para evitar roces innecesarios, siendo los “clásicos” la política y la religión.  Ahora tenemos que añadirle la vacuna del COVID. Gente, esto va para largo. Ya entramos en etapa de tercera dosis y se habla de nuevas variantes que han surgido en diferentes países del mundo.  El COVID va a ser parte de nuestras vidas por mucho tiempo y es muy probable que a todos nos toque en algún momento. 

Pero cada vez aprendemos más sobre el virus, sobre las vacunas, y sobre los nuevos estudios con medicamentos que pueden ser efectivos. Aún si el virus se queda con nosotros para siempre, nuestra relación con él va a cambiar. Que no sea el virus el responsable de que nuestras relaciones con otros también cambien, pero para mal. Evitemos juzgarnos y separarnos cuando más unidos debemos estar. Pero sobre todas las cosas, seamos responsables unos con los otros. Todos, vacunados o no, tenemos que ponernos la mascarilla y mantener distancia.  Esa es la nueva realidad de todos aquellos que practicamos la empatía. Salud y entendimiento para todos…  

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Lily García

Lily García es locutora, conferenciante motivacional, “coach” de vida certificada, tanatóloga y actriz, con una vasta experiencia como comunicadora en la radio, televisión y prensa escrita en Puerto Rico. Ha publicado ocho libros sobre temas de auto-ayuda, un audio libro y dos CDs de meditaciones y visualizaciones dirigidas.

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