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¿Qué son las cardiomiopatías?

Las cardiomiopatías son enfermedades que afectan al músculo cardíaco al disminuir la eficiencia del corazón, que tiene dificultades para bombear la sangre en varias partes del cuerpo.

¿Qué son las cardiomiopatías?

Las cardiomiopatías se dividen en tres tipos: dilatadas, hipertróficas y restrictivas. Las más comunes son las cardiomiopatías dilatadas, que se caracterizan por trastornos del ventrículo izquierdo que se dilata y es incapaz de bombear la sangre adecuadamente.

Las miocardiopatías hipertróficas, por otro lado, están acompañadas de un crecimiento anormal o un engrosamiento del músculo cardíaco que daña la función del corazón. En formas restrictivas, finalmente, el músculo cardíaco reduce su elasticidad y se endurece.

Las posibles complicaciones de la miocardiopatía incluyen insuficiencia cardíaca, formación de trombos, problemas de válvulas cardíacas, muerte súbita.

¿Qué causa la cardiomiopatía?

Más de la mitad de los casos de miocardiopatía -especialmente en la vejez- pueden atribuirse a una causa isquémica (un infarto de miocardio previo o una enfermedad de las arterias coronarias); en los sujetos más jóvenes es más común la llamada forma idiopática (es decir, cuyo origen se desconoce); en una pequeña parte de estas formas hay un carácter hereditario.

Otros orígenes están relacionados con la hipertensión, las enfermedades de las válvulas cardíacas, las taquicardias muy rápidas y duraderas, el alcohol y el abuso de drogas (cocaína, heroína, anfetaminas), ciertas drogas quimioterapéuticas; formas menos comunes están relacionadas con la infección por el VIH y otras enfermedades infecciosas.

as formas hipertróficas son en gran parte de origen genético. Las formas restrictivas son bastante raras; algunas son causadas por la infiltración del músculo cardíaco, como la amiloidosis, la hemocromatosis, la sarcoidosis, otras formas se denominan idiopáticas (se desconoce su origen).

¿Cuáles son los síntomas de la cardiomiopatía?

Inicialmente, las enfermedades cardíacas pueden ser asintomáticas, pero con el desarrollo de la enfermedad puede haber trastornos debidos a la insuficiencia cardíaca, como dificultades para respirar (tanto en situaciones de estrés como en reposo), hinchazón de las piernas, los tobillos y los pies, dilatación del abdomen causada por la acumulación de líquido, tos, fatiga, latidos cardíacos irregulares o episodios de palpitaciones, mareos y desmayos.

Estos síntomas suelen empeorar con el tiempo, independientemente del tipo de miocardiopatía.

¿Cómo se previene la cardiomiopatía?

La mejor prevención se logra manteniendo un estilo de vida saludable y eliminando los factores de riesgo: Llevar una vida sana, realizar una actividad física regular (por lo menos media hora de caminata rápida tres veces por semana), una dieta variada y equilibrada (poca sal, mucha fruta, verduras, pescado, pocas grasas animales, alimentos sanos y sencillos, pocos alimentos «industriales»), mantener un peso saludable (la obesidad puede forzar el corazón), no fumar y evitar sustancias nocivas como la cocaína, las anfetaminas, los anabolizantes, las drogas.

Evitar el exceso de alcohol; vigilar cuidadosamente las condiciones que son un «factor de riesgo» para el corazón, como la hipertensión, la diabetes mellitus, los altos niveles de colesterol en la sangre.

Diagnóstico

El diagnóstico de la cardiomiopatía se basa en un examen médico meticuloso que también investigará la presencia de posibles problemas cardiológicos en la familia.

Al final del examen el médico puede orientar:

  • Radiografía de tórax
  • Electrocardiograma
  • Ecocardiograma
  • Prueba de estrés
  • Escintigrafía miocárdica
  • Resonancia magnética del corazón
  • Análisis de sangre

Según los resultados de estos exámenes, puede ser necesario realizar exámenes adicionales de nivel dos, como imágenes de la arteria coronaria, estudio hemodinámico, biopsia del miocardio.

Tratamientos

El tratamiento más adecuado viene determinado por el tipo de miocardiopatía y el tipo de trastorno manifestado. Sin embargo, el objetivo es siempre el mismo: reducir los síntomas, prevenir el agravamiento de la enfermedad y disminuir el riesgo de complicaciones.

En el caso de la miocardiopatía dilatada puede ser aconsejable tomar medicamentos (como los inhibidores de la ECA, los antagonistas de los receptores de angiotensina, los betabloqueantes, los diuréticos y la digoxina), someterse a una cirugía para implantar marcapasos o desfibriladores específicos, o un tratamiento que combine medicación e intervención.

En caso de miocardiopatía hipertrófica, se pueden utilizar betabloqueantes, bloqueadores de los canales de calcio o antiarrítmicos especiales. Si el tratamiento farmacológico no es suficiente, la cirugía correctiva o la implantación de un marcapasos o un desfibrilador pueden ser útiles.

El tratamiento de las miocardiopatías restrictivas tiene como objetivo principal mejorar los síntomas. Su médico puede recomendarle que limite el uso de la sal en la mesa y que mantenga su peso bajo control constante. Se pueden recetar diuréticos o medicamentos para disminuir la presión arterial y controlar los latidos del corazón. Si es posible identificar el origen de la miocardiopatía, también se pueden prescribir tratamientos específicos contra el problema subyacente.

En casos más graves en los que la enfermedad progresa a pesar del tratamiento, puede ser necesario un trasplante o la implantación de un dispositivo de asistencia ventricular (DAV).

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