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Tratamientos más efectivos para la fibrilación auricular

En cada paciente el tratamiento más efectivo para la fibrilación auricular dependerá del tiempo que lleva conviviendo con la enfermedad, cuán molestos son los síntomas y cuál es la causa de fondo.

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Por lo general, se orienta el tratamiento con dos objetivos básicos: restablecer el ritmo o controlar la frecuencia, e impedir la formación de coágulos sanguíneos, con lo que disminuyen las probabilidades de sufrir un accidente cerebrovascular.

El método elegido obedecerá, además, a factores muy particulares del paciente, como la presencia de otros problemas del corazón y el nivel tolerancia a los medicamentos para controlar el ritmo cardíaco.

Cardioversión para restablecer el ritmo cardíaco

Para tratar la fibrilación auricular, los médicos pueden restaurar el corazón a su ritmo normal con un procedimiento denominado cardioversión, la cual se puede hacer de dos maneras:

  • Cardioversión eléctrica: Consiste en aplicar un choque eléctrico al corazón mediante paletas o parches en el pecho. Esto detiene la actividad eléctrica del corazón por un momento con el objetivo de restablecer el ritmo cardíaco normal. Es un procedimiento altamente eficaz, que consigue revertir a más del 90% de pacientes. Se administra un sedante antes de realizarlo, de manera que el paciente no sienta el choque eléctrico.
  • Cardioversión con medicamentos: Esta forma utiliza medicamentos denominados antiarrítmicos para ayudar a restaurar el ritmo sinusal normal. Dependiendo de la afección cardíaca, los fármacos de administrarán por vía intravenosa o por vía oral. Generalmente se realiza en el hospital con supervisión continua de la frecuencia cardíaca.

Fármacos para mantener un ritmo cardíaco normal

Después de la cardioversión eléctrica, el doctor puede recetar medicamentos antiarrítmicos para ayudar a prevenir episodios de fibrilación auricular en el futuro, algunos de ellos son:

  • Dofetilida
  • Flecainida
  • Propafenona
  • Amiodarona
  • Sotalol

Estos medicamentos pueden ser necesarios de forma indefinida, aunque es posible que causen efectos secundarios como náuseas, mareos o fatiga.

Fármacos para controlar la frecuencia cardíaca

También están los fármacos para controlar la frecuencia cardíaca y restablecer su ritmo normal:

  • Digoxina: Puede controlar la frecuencia cardíaca en reposo, pero no es tan eficaz durante la actividad. Muchas personas necesitan medicamentos adicionales o alternativos, como bloqueadores de los canales de calcio o betabloqueadores.
  • Betabloqueadores: Pueden ayudar a disminuir la frecuencia cardíaca en reposo y durante la actividad. Es posible que causen presión arterial baja (hipotensión).
  • Bloqueadores de los canales de calcio: Controlan la frecuencia cardíaca, pero en pacientes con insuficiencia cardíaca o presión arterial baja es necesario evitarlos.

Medicamentos anticoagulantes

La mayor complicación que puede derivarse de la fibrilación auricular es la embolia. Se trata de la formación de coágulos en las aurículas, que pueden obstruir las arterias de cualquier parte del cuerpo. Para prevenir este riesgo se recetan medicamentos anticoagulantes, cuya función es hacer la sangre más líquida, entre ellos:

  • Warfarina
  • Dabigatrán
  • Rivaroxabán
  • Apixabán
  • Edoxabán

Ablación, una alternativa terapéutica

La cardioversión o algunos medicamentos para controlar la fibrilación auricular pueden no funcionar. En esos casos, el médico suele recomendar un procedimiento para destruir la zona del tejido cardíaco que causa las señales eléctricas erráticas y restaurar el ritmo normal del corazón. Existen dos procedimientos para realizar la ablación de la fibrilación auricular:

  • Cirugía cardíaca: Es la más eficaz, pero se reserva para casos muy concretos o pacientes que van a ser sometidos a otra cirugía cardíaca (como recambio de una válvula o una cirugía para bypass).
  • Mediante catéter: Habitualmente se prefiere este procedimiento, ya que es menos agresivo. Se realiza con anestesia local y sedación, introduciendo unos catéteres (finos electrodos) en una vena periférica como la femoral (a nivel de la ingle) hasta la aurícula derecha.
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