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Bienestar General

¿Comer acostado realmente afecta mi salud?

La forma en que consumimos nuestros alimentos puede tener un impacto significativo en nuestra salud y bienestar. Entre las diversas prácticas alimentarias que pueden generar controversia, se encuentra el hábito de comer acostado.

¿Realmente afecta comer acostado?

La realidad es que si esta práctica se mantiene en el tiempo podría  verse alterada nuestra deglución, digestión y hasta desencadenar o, bien, agravar trastornos de la conducta alimentaria. Los trastornos de la conducta alimentaria son problemas que afectan los comportamientos alimentarios de una persona, así como la actitud con respecto a la comida y el aspecto físico.

Los tipos más frecuentes son la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa, el trastorno por atracón y el trastorno por evitación/restricción de la ingesta (ARFID, por sus siglas en inglés).

Además, a la hora de ingerir alimentos el estómago debe estar lo más recto posible. Al estar acostado el estómago se expande y tiende a acumular más grasa en el abdomen y la comida puede pasar hacia los pulmones y no hacia el estómago. Así que puede provocar problemas digestivos, como el peristaltismo, que no es otra cosa que la activación de reflujos ácidos. 

La enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) es una afección en la cual los contenidos estomacales se devuelven desde el estómago hacia el esófago (tubo de deglución). Los alimentos van desde la boca hasta el estómago a través del esófago. La ERGE puede irritar el tubo de deglución y causa acidez gástrica y otros síntomas.

Según especialistas, a esto se le suma que cuando se come acostado se suele hacer otras actividades como leer, trabajar o ver televisión, así que perdemos la noción de cuánto comemos y la velocidad en que lo hacemos, lo que podría aumentar el riesgo de obesidad al perder la consciencia de las porciones.

Es fundamental tomar conciencia de cómo nuestras prácticas alimentarias pueden afectar nuestra salud y adoptar hábitos más saludables, como comer en una posición adecuada y prestar atención a nuestras elecciones y porciones.

Fuentes: Clínica las Condes, Medline Plus, Kids Health

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