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Diagnóstico y tratamientos de la trombosis venosa profunda

Un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado pueden ayudar a prevenir las complicaciones de los coágulos sanguíneos. Cuando el paciente observa algún signo o síntoma de trombosis venosa profunda o embolia pulmonar, debe consultar a su médico de inmediato. Un examen físico y otras pruebas pueden ayudar a los médicos a determinar si tiene un coágulo sanguíneo.

Pruebas diagnósticas

Para hacer el diagnóstico de trombosis, el médico hará inicialmente un examen clínico, basado en los síntomas que presenta cada paciente. Para confirmarlo, se pueden solicitar algunas pruebas, como:

  • Imágenes por resonancia magnética: Esta prueba puede realizarse para diagnosticar la trombosis venosa profunda en las venas del abdomen.
  • Venografía: Se inyecta un tinte en una vena grande del pie o del tobillo. Los rayos X crean una imagen de las venas de las piernas y los pies para detectar coágulos. Es una prueba invasiva, así que rara vez se lleva a cabo. A menudo se realizan otras pruebas primero, como las ecografías.
  • Ecografía dúplex: Esta prueba no invasiva utiliza ondas de sonido para crear imágenes de cómo fluye la sangre por las venas. Es la prueba habitual para diagnosticar la trombosis venosa profunda. Para llevarla a cabo, un técnico mueve suavemente un pequeño dispositivo de mano (transductor) sobre la piel en el área del cuerpo que se estudia. A veces, se realiza una serie de ecografías durante varios días para determinar si el coágulo sanguíneo crece o para detectar uno nuevo.
  • Prueba de dímero D en sangre: El dímero D es un tipo de proteína que producen los coágulos sanguíneos. Casi todas las personas con trombosis venosa profunda grave tienen un aumento de los niveles de dímero D en la sangre. 

Tratamientos para la trombosis venosa profunda

La trombosis venosa profunda se puede tratar de muchas maneras. Existen tratamientos para evitar que el coágulo sanguíneo crezca, para evitar que se desprenda y llegue a los pulmones, o para reducir su probabilidad de desarrollar otro coágulo sanguíneo.

  • Trombolíticos: También llamados disolventes de coágulos, estos medicamentos pueden ser recetados si tienes un tipo más grave de trombosis venosa profunda o embolia pulmonar, o si otros medicamentos no están funcionando.
  • Anticoagulantes: La trombosis venosa profunda se trata más comúnmente con anticoagulantes, también llamados diluyentes de la sangre. Estos medicamentos no disuelven los coágulos sanguíneos existentes, pero pueden evitar que los coágulos aumenten de tamaño o pueden reducir el riesgo de desarrollar coágulos adicionales.

Los anticoagulantes pueden tomarse por vía oral o administrarse por vía intravenosa o mediante una inyección bajo la piel. La heparina se suele administrar por vía intravenosa. Los anticoagulantes inyectables más utilizados para la trombosis venosa profunda son la enoxaparina (Lovenox) y el fondaparinux (Arixtra).

  • Medias de compresión: Estas medias especiales reducen las probabilidades de que la sangre se acumule y se coagule. Para ayudar a prevenir la hinchazón asociada a la trombosis venosa profunda, póntelas en las piernas desde los pies hasta aproximadamente el nivel de las rodillas. Debes utilizar estas medias durante el día, por al menos dos años, de ser posible.
  • Filtros: Si no puedes recibir anticoagulantes, es posible que se introduzca un filtro en una vena grande del abdomen: la vena cava. Un filtro en la vena cava evita que los coágulos que se liberan se alojen en los pulmones.
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