Please ensure Javascript is enabled for purposes of website accessibility
Uveítis autoinmune

Uveítis: una mirada más cercana a esta inflamación

Frágiles y expuestos, nuestros ojos tienen que enfrentarse a muchas agresiones a diario. Una de ellas, la uveítis, puede tener consecuencias relativamente graves si no se trata a tiempo. Diagnosticado, puede ser tratado y no tiene impacto en la calidad de la visión.

¿Qué es la uveítis?

Es una inflamación de parte o de toda la úvea. Esta parte del ojo corresponde a la membrana media del ojo e incluye el iris, la coroides (pigmentada y vascularizada, alimenta la retina) y el cuerpo ciliar. Es gracias al cuerpo ciliar que el ojo nos envía una imagen clara: esto se llama acomodación. La uveítis puede afectar a uno o ambos ojos.

Posibles complicaciones

Los diagnósticos de uveítis deben ser tomados en serio y tratados con prontitud. Sin el cuidado adecuado, la inflamación podría perjudicar la visión y causar la pérdida permanente y permanente de la vista.

El síndrome de Irvine es responsable de la reducción de la agudeza visual. Ocurre después de una cirugía de cataratas. Aparece un edema en la mácula (la parte de la retina donde la visión es más clara), a veces acompañado de un edema de la papila o de microquistes. El paciente sufre entonces de fotofobia. Este síndrome se puede curar aunque la visión pueda seguir siendo deficiente.

Causas

Las causas de la uveítis son infecciosas o inflamatorias. También se encontraría algo de uveítis en ciertas condiciones reumatológicas. Pueden ser el resultado de una herida, un cuerpo extraño en el ojo, una cirugía, un tumor o un desprendimiento de la retina.
Sin embargo, en la mitad de los casos no se puede encontrar la causa. Una causa genética es posible, pero aún no se ha probado con certeza.

Síntomas

El ojo afectado puede estar enrojecido y/o doler. La visión se vuelve borrosa, el ojo se desgarra. La persona se vuelve fotosensible, es decir, temerosa de la luz. Aparecen manchas en el campo de visión y finalmente, hay una disminución de la visión. Los síntomas no se acumulan: dependen del tipo de uveítis desarrollada.

También puedes leer: Artritis reumatoide: síntomas y causas

Consejos para el tratamiento y la prevención

Cuando notes una inflamación en el ojo, haz una cita con tu médico. Hay tres tipos de uveítis:

Uveítis anterior: cuando la inflamación se produce principalmente en la cámara anterior (el espacio entre el iris y la superficie más interna de la córnea). Este es el tipo más común de uveítis. La uveítis anterior aguda es causada por una enfermedad contagiosa como la sífilis o el herpes.

Uveítis intermedia: cuando se desarrolla una inflamación en el vítreo anterior (una sustancia transparente y gelatinosa que llena la cavidad ocular en la parte posterior del cristalino).

Uveítis posterior: cuando la inflamación aparece en la coroides.
Más raro, la panuveitis corresponde a una uveítis total.
Cuando la uveítis dura más de tres meses, se considera persistente. Será crónica si es persistente y se produce una recaída antes del tercer mes.

Tratamiento

El oftalmólogo utiliza una lámpara de hendidura para ver correctamente en la cámara anterior del ojo. Lo que vea allí ayudará a diagnosticar, o no, la uveítis. Después de anestesiar el ojo con gotas, el oftalmólogo examina la parte posterior del ojo, lo que revelará si hay opacidades en el cuerpo vítreo o daños en la retina o la coroides.

Una vez que el médico ha diagnosticado la uveítis, es importante tratarla rápidamente para evitar posibles daños permanentes en la visión.

El tratamiento médico tiene por objeto reducir la inflamación mediante la prescripción de medicamentos antiinflamatorios. El médico también puede dar gotas para poner en los ojos.

En los casos de uveítis crónica, pueden ser necesarias las inyecciones intraoculares. En el caso de la uveítis infecciosa, además de los medicamentos antiinflamatorios, la persona afectada recibirá antibióticos o tendrá que tomar medicamentos antivirales. Por último, el médico puede decidir extraer el cuerpo vítreo durante una operación.

Prevención

Algunas personas, debido a su composición genética, están más expuestas a la uveítis. Además, el hecho de contraer toxoplasmosis, tuberculosis, herpes o sífilis son factores agravantes. Esto también ocurre cuando se produce una enfermedad autoinmune o una inflamación como la enfermedad de Crohn.

Aunque las siguientes cifras son sólo una aproximación, nos dicen que de cada 100.000 personas, hay de 17 a 24 nuevos casos, 38 a 204 han tenido o están teniendo uveítis. El porcentaje de niños afectados se sitúa entre el 3 y el 8%.

Mostrar más
Botón volver arriba