facebook_image
*Apoyado por Cuida tus RiñonesHistorias BeHealth

Nuestros riñones son esenciales: la historia de Keila en más de 12 años de diálisis

Los riñones son imprescindibles para la supervivencia. Llevan a cabo varias funciones todas ellas de gran importancia. Sus principales funciones son filtrar los productos de desecho de nuestra sangre y mantener en equilibrio los niveles de sales (electrolitos) y agua de nuestro cuerpo.

A veces no somos capaces de percibir la enorme importancia de nuestros riñones, órganos esenciales para todo ser humano. Otros como Keila Avilés ha sido consciente de ello desde muy temprana edad. Con tan solo 19 años y ningún antecedente familiar Keila fue diagnosticada con nefritis.

«Me explicaron que tenía una anomalía que iba aumentando así como los productos de excreción que no deben estar en la sangre».

Esta, por supuesto, fue una noticia bastante catastrófica para ella en una etapa de su vida donde se supone que nuestros riñones estarían funcionando perfectamente. Sin embargo, los riñones de Keila habían perdido la función de filtrar.

La mejor alternativa para ella fue entonces la diálisis peritoneal, tratamiento que durante ocho años llevó a cabo desde su hogar.

El paso a la diálisis

No obstante, su condición fue progresando y los especialistas sugirieron que Keila debía continuar esta vez con la diálisis. «Para mí fue terrible, mi anterior terapia era desde la casa, y ahora debía empezar a ir tres veces a la semana por casi 6 horas a los centros de diálisis».

La situación era bastante compleja, en total Keila vivió otros ocho años de su vida en diálisis. Tiempo en el que tuvo diversas complicaciones como patologías cardíacas, anemia o inflamación cerebral. Keila incluso llegó a tener el funcionamiento de su corazón en un 20% y perdió la vista en uno de sus ojos.

«Me sacaban de la lista de espera para el trasplante porque mi corazón no iba a resistir», confesó Keila.

Sin embargo, a pesar de las tantas complicaciones, Keila no se daba por vencida. Asumió cada tratamiento indicado sumado al estilo de vida correcto para proteger, no solo sus riñones, sino cada órgano de su cuerpo.

El proceso fue muy complejo y partió desde la negación, afirmó Keila. «Yo trabajaba durante el día y en las noches iba a dializarme. Siempre era la última en llegar y la última en irme».´

«Era bien difícil; yo me pongo la mano en el corazón y al paciente que está ahí si lo comprendo».

Una nueva etapa de vida

Después de tantas dificultades llegó el día esperado después de doce años: el trasplante. Con cuarenta años de edad Keila había pasado prácticamente la mitad de su vida dializada.

«Yo amo la vida y siempre me enfocaba en las cosas buenas a pesar de las vicisitudes. Nunca falté a ningún tratamiento. Pero lo mejor fue tomar el control de mi condición. Comencé a estudiar desde el inicio sobre mi condición, sobre los tratamientos, sobre cómo funciona la máquina de diálisis. Yo no era recesiva, yo tomaba el control», precisó la entrevistada.

Actualmente Keila tiene un nuevo riñón pero su lucha continúa debido a que todas sus complejidades han dado lugar a una prediabetes. No obstante, sigue en pie de lucha, siguiendo con juicio sus tratamientos, llevando un estilo de vida saludable y, como confesó, «cuidándose mucho».

Su labor incluso ha ido más allá de su propia superación. Además a través de podcasts Keila comparte con otros su experiencia de vida, cómo logró transformar su mentalidad con el fin de ayudar a otras personas que quizás han recibido el diagnóstico de una enfermedad y se sienten perdidos con necesidad de apoyo.

Mostrar más

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba