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Tríada atópica: dermatitis, asma y rinitis alérgica

«La tríada atópica se refiere a las tres condiciones que a menudo están interconectadas, ya que básicamente involucran una respuesta similar en diferentes órganos. Las personas que padecen dermatitis atópica, asma y rinitis alérgica (o sinusitis, como comúnmente se le conoce en Puerto Rico) experimentan respuestas inflamatorias en sus cuerpos cuando se exponen a alérgenos como polvo, polen o partículas de ácaros», fueron las primeras palabras de la Dra. Diana Rodríguez, dermatóloga en su reciente charla auspiciada por BeHealth para educar sobre condiciones autoinmunes e inflamatorias.

En el caso del asma, las personas suelen experimentar dificultad para respirar, sibilancias y otros síntomas cuando se exponen a estos alérgenos. Por otro lado, las personas con rinitis alérgica experimentan síntomas como goteo nasal, congestión, dolor de cabeza, entre otros. Por último, en el caso de la dermatitis atópica, las personas presentan manifestaciones cutáneas que pueden incluir enrojecimiento, picazón y erupciones en la piel.

«Las manifestaciones que se observan en estas tres condiciones, es decir, la irritación en la piel, el picor y otros síntomas, son esencialmente respuestas a alérgenos y factores ambientales. En muchos casos, los pacientes con dermatitis atópica tienen antecedentes personales o familiares de otras condiciones de la tríada atópica», explicó la especialista.

Factores que contribuyen al desarrollo

Varios factores contribuyen al desarrollo de estas condiciones, incluyendo la disfunción de la barrera cutánea, alteraciones en la flora microbiana de la piel, exposición a alérgenos e irritantes, desregulación del sistema inmunológico y, en algunos pacientes, mutaciones en el gen de la filagrina. Estos elementos se combinan para desencadenar y agravar los síntomas de estas afecciones.

«Los síntomas cardinales de la dermatitis atópica son el picor. Para que se diagnostique dermatitis atópica, es necesario que el paciente experimente picor, además de presentar una morfología típica en las lesiones y una distribución que se ajuste a la edad del paciente», explicó la galena.

Prevalencia y desafíos en el diagnóstico

La doctora Rodríguez destacó además que la prevalencia de esta condición está en aumento. «Estudios recientes sugieren que entre el 10% y el 30% de los niños y entre el 2% y el 10% de los adultos en Puerto Rico la padecen. Según el estudio más reciente, que data del 2017, se observa una prevalencia del 25% en niños de 7 años», resaltó.

Además, se ha notado un aumento en las visitas médicas en los últimos años, especialmente a médicos de atención primaria. Esto se debe a problemas agudos en niños menores de 4 años. Sin embargo, es importante mencionar que existe un subdiagnóstico de esta condición, ya que muchos pacientes con síntomas no han sido diagnosticados ni tratados adecuadamente. «Esto conlleva a un alto consumo de recursos en el sistema de salud y representa un desafío en términos de salud pública en nuestro país».

Campañas de concientización y rol de los médicos generales

Por ende, es fundamental llevar a cabo campañas de concientización como esta para aumentar el conocimiento y la comprensión de esta condición. «El objetivo es que tanto las personas afectadas como los médicos, no solo los dermatólogos o alergistas especializados en esta área, sino también los médicos generales, pediatras, médicos de familia e internistas, sean capaces de reconocerla, dijo. Y agregó que «esto permitirá brindar los primeros auxilios y tratamiento a los pacientes en sus consultorios, mientras se gestionan citas con especialistas». En Puerto Rico, sabemos que la disponibilidad de alergistas y dermatólogos es limitada y que las citas pueden ser difíciles de conseguir».

Subtipos de dermatitis atópica

La especialista compartió que existen tres subtipos de dermatitis atópica. Están aquellos con un inicio temprano, que experimentan la afección durante los primeros dos años de vida. Luego, están los casos de inicio tardío, que se desarrollan después de la pubertad, y los casos seniles, que surgen después de los 60 años de edad. Cada uno de estos subtipos presenta sus propias características y desafíos en el diagnóstico y tratamiento.

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Presentación en diferentes grupos de edad

La presentación infantil de la dermatitis atópica suele ocurrir en niños menores de 2 años, y se caracteriza por manifestarse principalmente en las mejillas, el cuero cabelludo y la superficie extensora, como se aprecia en la imagen de abajo. «En esta etapa, la dermatitis atópica puede coexistir con la dermatitis seborreica».

Por su parte, en la niñez, que comprende el rango de edad entre los 2 y los 12 años, la afección se manifiesta principalmente en las superficies flexoras, y en estos pacientes se observa una marcada sequedad en la piel. En esta etapa, la condición tiende a ser un poco más crónica.

La presentación en adolescentes y adultos, es decir, en pacientes mayores de 12 años, se caracteriza por la presencia de placas liquenificadas en áreas flexoras, como los brazos, el área facial, el cuello, la espalda y las superficies acrales. Además, existen variantes de la dermatitis atópica, como la dermatitis polígonodular de los párpados o la dermatitis en las manos. En la imagen se pueden observar ejemplos de dermatitis en las manos y la variante del prurigonodular.

Características asociadas

La dermatitis atópica puede presentar características asociadas que incluyen:

  • Pliegues en el párpado inferior o líneas de Dennie-Morgan, que son visibles en la zona debajo de los ojos.
  • Ojeras alérgicas, que algunas personas pueden confundir con ojeras convencionales, pero que en realidad son el resultado del rascado constante de los párpados debido a la condición.
  • Palidez centrofacial, que se refiere a la piel pálida en el centro del rostro.
  • Pitiriasis alba, una afección de la piel que puede manifestarse como parches secos y descamativos, especialmente en la cara.
  • Pliegues en el cuello anterior.
  • Prominencias foliculares, que se refieren a la prominencia de los folículos pilosos en la piel.
  • Queratosis pilaris, que es una condición en la que se forman pequeñas protuberancias en la piel.
  • Hiperlinearidad de las palmas y plantas, que se caracteriza por líneas exageradas en la piel de las manos y los pies.

Estas características asociadas pueden variar de un paciente a otro y proporcionan pistas adicionales para el diagnóstico de la dermatitis atópica.

Factores desencadenantes y comorbilidades

«Las infecciones sistémicas, como los catarros y las afecciones del tracto respiratorio alto, a menudo se han observado como desencadenantes de exacerbaciones en la dermatitis atópica. Además, la presencia de moho en los hogares, algo común en Puerto Rico debido a la humedad, también puede contribuir a empeorar la condición». La humedad puede causar daños a los objetos en los armarios, a pesar de los esfuerzos por controlarla».

En cuanto a los alérgenos alimentarios, ciertos alimentos, como el huevo, la leche, el maní, los frutos secos, los crustáceos, la soya y el trigo, pueden desencadenar exacerbaciones de la dermatitis atópica en algunas personas. Es importante destacar que, en el caso de las alergias alimentarias, debe haber una correlación entre el consumo de un alimento en particular y el picor o la exacerbación de la condición. No todas las personas con dermatitis atópica reaccionan de la misma manera a los mismos alimentos, por lo que es esencial identificar qué desencadena los síntomas en cada caso individual.

«Es cierto que la dermatitis atópica puede estar relacionada con complicaciones oculares. Entre estas complicaciones se incluye el queratocono, que es una deformidad de la córnea. También, la queratoconjuntivitis atópica es una afección ocular relacionada con la dermatitis atópica, y en casos severos, puede contribuir al desprendimiento de la retina».

Relación entre dermatitis atópica y asma

Además, existe una estrecha relación entre la dermatitis atópica y el asma bronquial. De acuerdo con la doctora, estudios recientes han encontrado una prevalencia de asma en pacientes con dermatitis atópica del 26%. Esto sugiere que la dermatitis atópica y el asma comparten factores de riesgo y mecanismos subyacentes, lo que contribuye a la alta prevalencia de ambas condiciones en la población de Puerto Rico.

Otras condiciones comorbilidades asociadas incluyen enfermedades autoinmunes como el vitíligo y la alopecia, así como enfermedades mentales, como la ansiedad, trastornos del estado de ánimo (como la depresión), el síndrome de déficit de atención e hiperactividad, y abuso de sustancias controladas. También se incluyen trastornos del sueño, desórdenes hematológicos y linfoides, osteopenia, osteoporosis, síndrome metabólico, alta incidencia de ausentismo laboral y alteraciones en la calidad de vida tanto para los pacientes como para sus familiares.

«En este contexto, siempre recomendamos un manejo proactivo de la condición. En primer lugar, es fundamental la educación. En cuanto a los baños, sugerimos que sean limitados en duración, con agua tibia o fría en lugar de agua caliente, ya que esta última puede resecar la piel y empeorar la condición a largo plazo. Idealmente, se deben tomar baños de una a dos veces al día con agua tibia o fría. Además, se debe utilizar un jabón sin fragancia u olor. Después de bañarse, es importante aplicar un humectante para restaurar la barrera de la piel. También se deben evitar irritantes, comenzando por el detergente para lavar la ropa, que también debe ser sin fragancia ni olor. Estos cuidados son necesarios de manera constante para mantener la piel lo más saludable posible», explicó la dermatóloga.

Asimismo, cuando se presenten exacerbaciones, se utilizan cremas de corticosteroides y otros tratamientos para gestionar la condición. Es relevante destacar que en los últimos diez años, se ha incrementado la concienciación sobre la dermatitis atópica, lo que ha llevado al descubrimiento de tratamientos relativamente nuevos. «En 2022, se aprobaron aproximadamente tres o cuatro medicamentos nuevos, y a medida que avanza la investigación, se entiende más sobre la enfermedad y se encuentran más recursos para los pacientes».

«Es importante recordar que la dermatitis atópica no es simplemente una preocupación cosmética, ya que tiene implicaciones en la salud general y afecta a otros sistemas del cuerpo», finalizó.

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